-No enserio, me estas tomando el pelo, ¿verdad?
Esas palabras habían sido las ultimas que la Wright dijo esa noche, donde la luna brillaba más de lo normal, donde aquella brisa de la madrugada era normal.
En su dañada cabeza solo tenia un objetivo a realizar la quema de una gran Mansión, todo estaba perfectamente planeado, nadie conocía sus tendencias pirómanas. ¿Que podía salir mal? jamas había sido capturada con las manos en la masa, no podrían inculparla por algo que ella no había hecho.
-Estas segura que nadie se dará cuenta de tú presencia?- la interrogaba una voz en su cabeza, aquella voz que le decía que estaba bien y que mal.
-Alguna vez eh sido descubierta?-murmuro en forma de respuesta a la voz que trataba convencerla a no realizar esa locura. Era más que obvia que la voz había respondido de manera negativa, estaba lista para destruir aquel lugar.
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Era de aquella manera como después de mucho caminar se encontraba frente a la puerta principal de aquella imponente Mansión, tenia la apariencia de una mujer de tez blanca, delgada, cabello castaño claro, unos ojos color miel, que vestía un largo y hermoso vestido Blanco con unas zapatillas negras las cuales hacían el juego perfecto con un cinturón y un sombrero.
No era necesario usar magia lo haría de la antigua forma, tal cual como siempre lo hacia, empezó a vaciar aquel liquido que los muggles llamaban gasolina, el cual tiempo atrás ya había tenido el placer de utilizarla todo estaba perfectamente bañado en gasolina.
Miro la luna su única testigo al hacer semejante locura aquella que se encontraba acompañada con millones de estrellas, había dado lo que era su ultimo suspiro, en su mano tenia un cerrillo encendido con una llama entre naranja rojo y amarillo, aquel calor que emitía ese instrumento tan ingenioso que los muggles habían creado hizo que la demonio soltara el cerillo cerca de un camino que ella hizo con aquel liquido flamable.
Se había alejado varios metros tomando la distancia pertinente para mirar de lejos como aquel fuego se consumía aquella mansión, con todas las personas que se encontraban adentro seria una suerte muy grande que alguno se salvara, pero eso pasaría una en un millón.
Había hecho un trabajo completamente limpio, nadie sospecharía de ella jamas había mostrado a nadie aquella tendencia, camino hacia el horizonte dejando atrás aquel calor que emanaba aquella Mansión en llamas, en su rostro se dibujaba una sonrisa de satisfacción y triunfo, había hecho lo que ella quería y nadie se lo prohibió.
